Recuerdo no haber visto jamás entera la película 1984  (Michael Radford) y por más veces que me he puesto a leerlo, el libro de George Orwell, he sido incapaz de avanzar más de 3 páginas del mismo sin dormirme. Ya desde el instituto, era un libro de referencia para el “calvo” mi profe de filosofía y un compañero anárquico llamado Domingo, pero a mí no me entraban esos conceptos todavía de totalitarismos, anarquismos y control.

Pasados los años recuerdo que con la película de Stanley Kubrik “ 2001 una odisea en el espacio” se retoma la idea de la vigilancia de las máquinas, un Gran Hermano nos vigila, nos controla y sabe en todo momento lo que hacemos, pues ese tan sencillo concepto de control es al que estamos sometidos con GOOGLE. Nuestro actual Gran Hermano, la inteligencia artificial que invade nuestro entorno.

Y por qué hablo de este control, pues porque en este post, quiero hablaros de las herramientas del ser supremo, Google Maps Timeline y sus recordatorios mensuales de dónde has estado, las ciudades que has visitado, los kilómetros que has recorrido a pie y las horas que has estado sentado en el coche. Mortal lectura para un cartero de correos o para un taxista de Huelva. La notificación te llega por email, con un sé lo que hicístes el último mes y tus últimos 41 viajes por Huelva.

La herramienta de Google nos muestra la cronología de los sitios y rutas que hemos hecho en una línea de tiempo, bien un mes o el periodo que nosotros concretemos con la misma. Día, hora minutos y segundos, ya que nos controlan desde nuestro móvil y por GPS. Saben donde vamos y a dónde vamos a ir, saben que compramos y qué es lo que nos interesa comprar, saben cuando estamos malos o cuando nos afecta cualquier tipo de enfermedad debido a las búsquedas que hacemos a la cajita de sorpresas.

Y lo más gracioso, es que al final, nos dice,… “tienes el control” puedes modificar o eliminar ubicaciones, días o todo el historial de donde hemos estado, vamos que aunque lo eliminemos no saben dónde hemos estado o dónde tenemos interés de ir. Qué poco queda para que cuando estemos en la caja de pino, nos pongan la película de nuestra vida con nanosensores que convertirán el paseo en una biografía digital con nuestros mejores momentos amenizado por nuestra mejores canciones.

Bueno, pasando de nuevo a la herramienta, una vez te das cuenta de lo rutinario que es nuestro día a día o lo que queremos llamar vida, vemos que nos movemos en un área limitada, bien una ciudad, o una provincia, o poco más, a no ser que seamos agentes comerciales internacionales. Abrimos el correo y «WOW», un mapa de nuestros movimientos, de nuestra rutina, de nuestro día a día nos saluda. Una mancha de puntitos rojos con ubicaciones ya referenciadas en Google Maps. Vamos que nuestro biógrafo nada más que necesitará usuario y contraseña para observar los datos de Google Maps cotejarlos y verificarlos. Ah bueno pues esa será otra herramienta de google Google Biografy …

Mirando de nuevo los datos en el Dashboard  resulta hasta gracioso, me indican que he realizado en este 2018, hasta 41 viajes, vamos que a recorrer 80 kilómetros cada semana le llaman “viajes”. Pues eso, que si activamos una cuenta de gmail (obligatoria para tener un móvil Android), y verificamos ubicación GPS estamos diciéndole al Gran Hermano Google, desde 1984 que hemos hecho, qué hacemos y qué queremos hacer en nuestro Timeline de cada día.

Nota: para evitar deprimirnos con esta rutina viajera, sencillamente tenemos que desactivar la ubicación de nuestro teléfono por GPS, o sencillamente dejarlo en casa cada vez que salgamos, pero ¿a dónde vamos hoy sin nuestro móvil? Y como consejo, como buenos somníferos os recomiendo la película o el libro, los dos son igual de recetables.